Una mirada de esperanza a las mujeres privadas de libertad
Es conocido por todos que la sociedad en la cual vivimos resulta un poco hostil con las personas que han estado privadas de libertad, esta situación genera una gran dificultad para su resocialización y reinserción. La realidad se agrava grandemente cuando se trata de mujeres, quienes reciben una doble discriminación, por ser mujeres y por haber estado en reclusión, en muchas ocasiones es aún mayor cuando es el caso de indígenas o afrodescendientes las cuales se enfrentan a una triple marginación por sexo, raza y estatus.
Aunque el porcentaje de mujeres recluidas en los cetros penitenciarios de nuestro país es mucho menor, en comparación con la población masculina en condiciones similares, esto no exime la participación femenina en actos delictivos, las causas que las llevan a delinquir son diversas y varían según las condiciones de cada una de ellas, podemos señalar algunas situaciones que, aunque no se generalizan, se podrían citar a modo de indicadores que nos permiten subrayar características como lo son las relacionadas con factores socio-económicos dando por ejemplo, el bajo nivel de escolaridad, situaciones familiares, escasa o nula formación laboral, entre otros.
Conociendo esta situación, la Dirección General del Sistema Penitenciario del Ministerio de Gobierno confirma su compromiso en apoyar a las privadas de libertad ofreciéndoles opciones dirigidas a su formación personal y profesional, entre las que se indican programas con el Ministerio de Educación y la Universidad de Panamá para culminar estudios escolares y universitarios, proyectos como IntegrArte que incluye talleres de costuras, Huertos, Mi Voz para tus Ojos, Sembrando Paz-Reforestando vidas, que debido a la pandemia por Covid-19 se encuentra suspendido temporalmente y muchas actividades de índole religioso que contribuyen a fortalecer el espíritu y el ánimo de las que así lo deseen.
Con estos programas se les brinda una luz de esperanza a todas esas damas de poder regresar a la sociedad, desarrollando talentos y capacidades que les permitan sentirse productivas, seguras y empoderadas, contribuyendo de esta manera a su reinserción a la comunidad como personas de bien en beneficio del país.
Sabemos que son muchas las internas que han logrado culminar sus estudios, adquirir conocimientos, destrezas, mejorar su visión de la vida, orientar sus nuevas metas y objetivos, ellas solo necesitan que se les brinde una nueva oportunidad, sin prejuicios ni discriminaciones, así contribuiremos a que estas panameñas no vuelvan a delinquir y eviten regresar al penal, solo apoyando sin juzgar, ni criticar, podemos avanzar en la construcción de un mejor Panamá.