Maestros: entre la enseñanza y la formación

“Gloria al ser abnegado que cuida con amor a la patria, ¡salud!, al que pone la luz de la vida en el alma de la juventud”. Los que tenemos más de 25 años recordaremos este coro del Himno al Maestro, que cantábamos inclusive, los lunes en los actos cívicos.

Mientras buscaba las palabras adecuadas para iniciar este escrito recordé esté himno, y vinieron a mi mente gratos recuerdos de aquellos años en la escuela primaria; mis vivencias junto mis compañeros y maestras, a las que hoy honro en su día.

Aquellos años marcaron mi vida, forjaron mi personalidad y determinaron mi futuro. Recuerdo a mi maestra de 4, 5 y 6 grado se llama Rita Cubilla, a veces me preguntaba por qué era tan estricta, nos bajaba puntos por faltas ortográficas y por no colocar las comas y punto. ¿Ustedes quieren ser del montón?, nos preguntaba en clases, al tiempo que nos exhortaba a realizar los trabajos con excelencia.

A veces no comprendemos por qué alguien puede ser tan estricto, los tachamos de malvados, sin embargo, estas personas son utilizadas por Dios para formar nuestro carácter. Los que me conocen saben que siempre agradezco haber tenido esta maestra; su ímpetu, vocación y pasión por la enseñanza fueron claves en que aprendiéramos a redactar, leer correctamente y darle el valor pertinente a la ortografía.

Los tiempos han cambiado, la tecnología y videojuegos ha ocupado el lugar de los libros, no obstante, en las aulas continúan los maestros luchando contra la corriente, otros adaptándose a la modernidad, pero en definitiva ejerciendo esa labor tan loable de educar.

Admiro y aplaudo a cada docente que en las áreas de difícil acceso caminan por horas, van a caballo o en piraguas a impartir sus clases. Ustedes quienes lo arriesgan todo en pro del futuro de esta nación, son dignos de honra. A todos los que a causa de la pandemia por Covid-19 les tocó reinventarse para convertir sus casas en salones de clases y llegar de forma virtual a sus estudiantes.

Docentes como mi maestra, que también le dio clases a mi hijo, y quien pese a jubilarse siguió enseñándole a tantos niños le extiendo un profundo agradecimiento.

Sin ustedes no existirían tantos profesionales que trabajan en la construcción de esta nación. Honra a quien honra merece.

Feliz Día del Maestro!

Publicado por: Katherine Palacio P.

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