Fuente: Fotos Israel Vásquez

CIUDAD DE PANAMÁ, 15 de febrero de 2016 – Los pueblos indígenas lograron avances sociales significativos, redujeron sus niveles de pobreza en diversos países y mejoraron su acceso a servicios básicos durante la bonanza de la primera década del siglo, pero no se beneficiaron en la misma medida que el resto de los latinoamericanos, según un nuevo estudio del Banco Mundial.

El estudio «Latinoamérica indígena en el siglo XXI» señala que gracias a la combinación de crecimiento económico y políticas sociales adecuadas, más de 70 millones de personas salieron de la pobreza. La pobreza de los hogares indígenas disminuyó en países como Perú, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador, mientras que en otros, incluidos Ecuador, México y Nicaragua, se cerró la brecha educativa que durante décadas excluyó a los niños indígenas.

Juan Carlos Varela Rodríguez, Presidente de la República de Panamá, reiteró que el Gobierno está comprometido con el desarrollo integral de nuestros pueblos originarios en consulta con sus comunidades, respetando sus autoridades tradicionales, así como su patrimonio histórico cultural y ambiental.

Aseguró que por medio del ministerio de Gobierno, conjuntamente con otras entidades públicas hemos procurado que en todos los planes de nuestros gobierno prevalezca la consulta libre, previa e informada. Todas las comunidades indígenas son involucradas en el desarrollo de los proyectos destinados a sus áreas, teniendo una injerencia directa en las decisiones que sobre ellos se tomen y respetando los compromisos que el actual Gobierno ha adquirido con ellos.

En el tema de educación de los pueblos originarios, el Presidente Varela Rodríguez, informó que en las próximas dos semanas se adjudicará la primera licitación para eliminar todas las aulas ranchos del distrito de Muná en la comarca Gnabe Buglë que impactará a 45 centros escolares de esta región del país.

En su intervención, el ministro de Gobierno, Milton Henríquez dijo que el Banco Mundial, escogió a Panamá como sede de una reunión regional sobre el tema del desarrollo de los pueblos indígenas de América, ya que en nuestro país, tenemos avances importantes en el diálogo y armonía entre los panameños indígenas y los no indígenas.

Agregó que es notable en Panamá el aumento de la participación de indígenas panameños en política, ocupando puestos de elección y altos cargos en el Gobierno y a través de este encuentro regional, se analizará los avances de esa incorporación de los indígenas en sus respectivas naciones.

“A pesar de los avances y crecimiento económico de la década pasada, no fue suficiente para sacar totalmente a los pueblos indígenas de la pobreza y tenemos que seguir trabajando para incorporarlos al desarrollo, respetando su cultura y tradiciones”, subrayó el ministro Henríquez.

Sin embargo, el informe presentado aquí indica que si bien los pueblos indígenas conforman un 8% de la población de la región, representan aproximadamente el 14 % de los pobres y el 17 % de los extremadamente pobres en América Latina. De igual forma, aún enfrentan rezagos en el acceso a servicios básicos y en la adopción de nuevas tecnologías, un aspecto clave en sociedades cada vez más globalizadas.

“Latinoamérica ha experimentado una profunda transformación social que disminuyó la pobreza y aumentó la clase media, pero los pueblos indígenas se beneficiaron menos que el resto de los latinoamericanos”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. «Si queremos lograr nuestros objetivos de reducir la pobreza e impulsar la prosperidad compartida, tenemos que luchar contra la discriminación y exclusión para que todos los latinoamericanos cuenten con las mismas oportunidades de tener una vida mejor».

Contrario a la creencia popular, casi la mitad de la población indígena de América Latina vive en zonas urbanas. Pero incluso en las ciudades, suelen vivir en condiciones menos seguras, menos higiénicas y más propensas a los desastres naturales que las de los residentes urbanos no indígenas.

Para reducir estas vulnerabilidades de manera más exitosa, el informe sugiere considerar los problemas de los indígenas a través de un lente diferente que tome en cuenta sus voces, culturas e identidades.

«Este informe reconoce que los pueblos indígenas suelen tener un concepto más matizado de lo que es el desarrollo y por qué es importante. Si los pueblos indígenas han de asumir su papel como actores clave en la agenda post-2015, sus voces e ideas deben tomarse en cuenta», dijo Ede Ijjasz-Vásquez, Director Senior del Banco Mundial para la Práctica Mundial de Desarrollo Urbano, Rural y Social, y Resiliencia. «Incluir a los pueblos indígenas en las políticas y programas de desarrollo no es únicamente para reducir la pobreza, sino que es un proceso para aumentar sus oportunidades de ser miembros activos de la sociedad.

Se trata de respetar sus culturas y su dignidad. Su inclusión no es solamente moralmente correcta sino que es económicamente adecuada para las naciones».

En países con grandes poblaciones indígenas urbanas, el porcentaje de personas indígenas con empleos estables y altamente calificados es dos a tres veces menor que el porcentaje de la población no indígena. Es más común que las personas indígenas en las ciudades tengan empleos poco calificados y de baja remuneración en el sector informal, lo que limita su acceso a beneficios como la seguridad social, seguro de salud, y fondos de retiro.

La educación, que ha sido uno de los avances más importantes de la última década, es una de las soluciones planteadas en el informe, aunque se requieren esfuerzos para que sea una educación culturalmente adecuada, bilingüe y de mejor calidad.

Los últimos censos disponibles muestran que en 2010 había alrededor de 42 millones de personas indígenas en América Latina, lo que representa casi el 8% de la población total. México, Guatemala, Perú, y Bolivia cuentan con las mayores poblaciones, más del 80 % del total regional, ó 34 millones.