Es tradición en la República de Panamá que en noviembre se celebra el mes de la patria. Un acontecimiento grandioso e importante para el país que trae consigo una serie de actividades propias para esta fiesta nacional, como desfiles patrios, actos cívicos y actos en los colegios, entidades gubernamentales y en la comunidad.
Una de ellas, que marca el inicio de las festividades patrias, es la ceremonia histórica y solemne de la cremación de bandera en desuso. Es un acto protocolar que contempla oficialmente la izada de la bandera, el juramento y se culmina con el himno nacional.
Consiste en incinerar o quemar el símbolo patrio que está deteriorado o en desuso para luego resguardar o enterrar sus cenizas. Nunca, pero nunca debe ser tirada porque es considerado como un irrespeto al emblema nacional.
Igualmente, se prohíbe mantener en uso banderas manchadas, sucias, desteñidas o rasgadas o que estén viejas o estropeadas. Todas deben ser guardadas o llevadas ya sea a las gobernaciones o a la Asociación de Muchachas Guías para luego realizar en la última semana de octubre el memorable acto de cremación.
Por Ley, en el país le corresponde a las gobernaciones recibir e incinerar la insignia que está en desuso en cada provincia (Ley 2 del 23 de enero de 2012). Sin embargo, cada gobernador puede extender una nota de autorización donde delega en algún estamento de seguridad o bien alguna institución regional del Estado, o un club cívico para que realicen tal acto.
A ciencia cierta, no encontramos datos precisos sobre el inicio de esta ceremonia, tal como lo señala el investigador y coordinador de la Comisión Nacional de los Símbolos de la Nación (Conasina), Vladimir Berrío Lemm, “no tenemos documento que hable de cuándo empezó esta tradición”.
Ya para los años 70, según la asesora y expresidente de la Asociación de las Muchachas Guías, Elisa Jiménez, esta agrupación se encargaba de esta ceremonia. Recordó que fue la profesora Josefa Cheverría, quien organizó esta tradición porque la gente iba a la asociación y no sabían qué hacer con estas banderas. Dijo que eran tomadas por los indigentes para arroparse con ella, luego la tiraban a la basura.
Berrío Lemm agregó que en los Estados Unidos esto empezó en 1937 de manera muy limitada por la Legión Americana. Dijo que otros países también realizan esta práctica; la diferencia es que, en unos, tiene un toque militar y en otros, como Panamá, es de carácter civil donde participa el Estado y la ciudadanía.
Lo cierto es que, en el País, este acto se realiza por todo lo alto con mucho respeto y dedicación. La ceremonia en sí es todo un acontecimiento y un ritual que contempla diversos puntos como: recitales de canto y poesía, alocución, discursos y bandas de música, incluyendo la izada y el juramento a la bandera.
Luego se procede al momento de la cremación o incineración de las banderas que son llevadas por invitados de honor denominados como “abanderados distinguidos” por su labor y contribución al desarrollo del país; entre ellos, autoridades, deportistas, artistas, abogados, médicos, docentes, empresarios, estudiantes de cuadro de honor y comunicadores sociales.
Ellos, muy bien ataviados para la ocasión, al ritmo de marchas y canciones folclóricas y escoltados, caminan con la bandera doblada con el azul arriba hacia el horno o incinerador que con gran llama de fuego ponen con mucho cuidado, para después recoger todas las cenizas que serán enterradas en un área previamente dispuesta por la Gobernación con todo el debido respeto.
Siempre se ha aprendido que a la enseña patria se le debe querer, respetar y honrar; aún en desuso o deteriorada, debe brindársele el debido respeto y honor, es por ello que este acto de cremación de bandera resalta un valor y un significado muy importante y patriótico para el país.
Aún en esta época que estamos viviendo una pandemia que actualmente registra bajos indicadores de contagio, se le dará el último adiós a uno de los símbolos patrios como lo es la bandera nacional.
Publicado por: Mirla Martínez A.
