Al mal tiempo buena cara
Este año al acercarse las fiestas de Navidad y Año Nuevo nos encontramos con un nuevo panorama. Creo que nunca antes imaginado por ninguno de nosotros como lo es el de las festividades de fin de año, bajo el azote de una terrible pandemia que no solo ha afectado las relaciones familiares sino, también la economía y el estado de ánimo de muchas personas.
Meditando en todo esto, paso una mirada a las casas que están alrededor de mí residencia y logro percatarme del desánimo existente, se percibe la tristeza y el miedo. No veo las esplendorosas decoraciones de años anteriores, tampoco se escuchan los villancicos, ni los alegres cantos de año nuevo, todo invita a reflexionar sobre el verdadero sentido de esta pandemia y lo que traerá como consecuencia para el futuro de la humanidad.
Pasar estas fechas bajo lo que se ha conocido como la “nueva normalidad”, no es cosa fácil para aquellas personas que en soledad no podrán esperar como cada año la visita de sus familiares o amigos, aquellos que disfrutaba de celebrar en compañía de vecinos, los tantos que han perdido a sus seres queridos y qué decir de los extranjeros que lejos de su tierra natal no recibirán la vista de allegados, parece un escenario triste y oscuro pero no es más que otra lección que se nos brinda de la cual deberíamos instruirnos para salir más fuertes y renovados.
Es mucho lo que podemos aprender de esta situación que a simple vista se juzga adversa, nos enseña a valorar los momentos que podemos dedicar a nuestras familias, el valor que tiene el compartir con las personas que amamos, el significado de los besos, abrazos, risas, conversaciones, intercambio de regalos y todas las manifestaciones de afecto que en otros tiempos no supimos estimar realmente, pero sobre todo a apreciar el invaluable don de la salud y la vida.
Sí bien es cierto que los seres humanos somos criaturas con la facilidad de adaptarnos para sobrevivir, también es cierto que no podemos desafiar a un virus tan peligroso y contagioso. Reflexionemos y mantengamos la burbuja familiar, evitemos hacer y recibir visitas, cuidemos a los adultos mayores que forman el grupo de mayor vulnerabilidad, celebremos y compartamos dentro de nuestros hogares cumpliendo con los parámetros indicados por el Ministerio de Salud, expresemos el amor salvaguardando a los que aún están con nosotros.
Nos toca entrar a una nueva era, un mundo nuevo, quizás las cosas nunca más vuelvan a ser iguales, esforcémonos por hacer que sean mejores, hagámoslo en memoria de los que han perdido la lucha contra la Covid-19, por los sobrevivientes y las generaciones futuras.
Conmemoremos otro aniversario más del nacimiento de nuestro divino salvador y acojamos con júbilo la llegada de un nuevo año con una mirada optimista sabiendo que de la mano de Dios saldremos victoriosos de esta crisis sanitaria, pongamos en práctica ese conocido refrán que nos enseñaron nuestros abuelos y que reza: “Al mal tiempo buena cara”.