Hablemos sobre el Alzheimer
Este 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque es un mal que afecta a miles de personas a nivel mundial, aún sigue siendo desconocido para una gran parte de la población, conocido también como Demencia Senil, su nombre se origina en memoria del psiquiatra alemán Alois Alzheimer, quien fue el pionero en dar a conocer el primer caso en el año de 1901, mediante estudio realizado a una mujer de 51 años llamada Auguste Deter.
Pero ¿Qué es el Alzheimer?, es una pregunta frecuente entre personas que solo escuchan el termino y en la mayoría de los casos piensan que se trata de un simple estado de amnesia progresiva relacionada con el envejecimiento, reducido a nivel de broma en muchas ocasiones.
La realidad es otra, se trata de un problema mucho más serio que se caracteriza por ser una enfermedad mental incurable, progresiva y terminal que degenera las células nerviosas del cerebro ocasionando la disminución de la masa cerebral, generando un significativo deterioro cognitivo en el cual la persona presenta pérdida de memoria, dificultades para prestar atención, planificar, desorientación, perdida de energía y espontaneidad entre otros síntomas, los cuales van avanzando hasta originar demencia inicial luego demencia moderada y culminar en demencia avanzada que es donde el enfermo pierde todo contacto con la realidad inclusive la capacidad de alimentarse por sí mismo.
Durante los primeros estudios se pensó que la enfermedad solo se presentaba en personas con edades entre 45 y 65 años, luego se llegó a la utilización de una doble terminología, una denominada: Demencia Senil del Tipo Alzheimer para describir el padecimiento en adultos mayores de 65 años y otra señalada como la enfermedad clásica de Alzheimer la cual se consideraba para personas con rangos de edades relativamente menores.
Las causas que originan la enfermedad de Alzheimer no han sido definidas completamente por la comunidad médica, se han considerado muchos aspectos que pudieran apuntar al origen del padecimiento como lo son:
La Hipótesis Colinérgica que nos indica que esta enfermedad se produce debido a una disminución en la síntesis del neurotransmisor acetilcolina, esta no ha recibido una aceptación completa debido a que se ha comprobado que los medicamentos que tratan una deficiencia colinérgica no son muy efectivos en la prevención o cura del alzhéimer.
La Hipótesis de los Trastornos Metabólicos: Esta hipótesis asocia el Alzheimer con una progresiva resistencia a la insulina cerebral en ausencia de DM2, siendo demostrado en estudios efectuados que tanto molecular como bioquímicamente en el alzhéimer eran virtualmente idénticas a lo que ocurría en la diabetes mellitus tipo I y II.
Exposición al aluminio: Aunque esta teoría ha sido abandonada por la mayoría de los científicos, en 2016 se efectuaron unos estudios que demostraron la relación del aluminio con algunos procesos neurofisiológicos que provocan la degeneración del alzhéimer.
Consumo de gluten: se han advertido pruebas que han demostrado que el consumo de gluten guarda relación con la demencia por Alzheimer.
Hipótesis de las proteínas β-amiloide y tau: Esta surge en el año de 1991 indicando la relación con la acumulación anómala de la amiloide Aβ y tau en el cerebro de los pacientes con alzhéimer.
Estas hipótesis no nos indican con precisión las verdaderas causas de la enfermedad, aunque se sigue tratado de buscar sus orígenes mediante innumerable estudios, lo cierto es que se ha logrado confirmar la existencia del factor hereditario como un importante punto de posible disponibilidad de padecer la misma.
La lucha por conocer más sobre las causa que ocasionan esta enfermedad y la búsqueda de una prevención o cura que ayude a mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen continúa, denominando a la misma como una epidemia del siglo XXI dada la magnitud de casos, se ha estimado que para el año 2050 el número de caos ascenderá a los 131.5 millones.
El día mundial del Alzheimer, se instaura para lograr concienciar a las personas sobre lo peligroso y difícil que es esta enfermedad tanto para las personas que
la padecen como para sus familiares, a la vez se trata de lograr que exista más información al respecto.
Es cierto que no existe una cura para el Alzheimer, pero también es cierto que podemos modificar nuestro estilo de vida mejorando así nuestro estado de salud y reducir el riesgo de padecerlo como lo son el disminuir el consumo de grasas saturadas, comer verduras, frutas, legumbres, alimentos con vitamina E y vitamina B12, evitar cocinar en ollas y sartenes de aluminio y mantenerse activo físicamente.