Panamá, 30 de octubre de 2025.- El Centro Femenino de Rehabilitación Cecilia Orillac de Chiari (Cefere), fue el escenario perfecto para compartir con la chef y empresaria Cuquita Arias de Calvo, quien dijo que está aquí para enseñarlas a ser libres, aunque estén aquí adentro.
El taller Amasando Esperanza, se convirtió en un espacio donde la creatividad culinaria resaltaba en cada mesa, decorada por el equipo de Cuquita y apoyadas por las privadas de libertad. En esta celebración, las privadas de libertad, además de degustar, también tuvieron la oportunidad de decorar sus dulces, con sus respectivos mensajes de amor, gratitud, amor propio, alegría, fe, valor y paz.
La Chef Cuquita, quien también invitó a las privadas de libertad que cumplían este mes de octubre, señaló “si ellas supieran lo feliz que me hacen, nadie tendría que agradecerme nada, porque la que ya sale llena de amor, soy yo”. Agregó que ella ha aprendido con la vida, que las alegrías están más en dar, que en recibir.
Afirmó que siempre cuenten con ella porque yo quiero muchísimo a estas chicas y creo en una segunda oportunidad. Están llenas de cosas buenas y es importante que las veamos de esa forma, que veamos en ellas sus cualidades y no los errores que han cometido.
Cuquita Arias de Clavo, tiene mucha trayectoria en apoyar al Sistema Penitenciario, en compartiendo todas sus experiencias en el arte culinario, igualmente han visitado su restaurante Cuquita Cookita para conocer de primera mano toda la logística que envuelve este mundo.
Para la privada de libertad, Lizeth Barrios, trabajar con Cuquita es una experiencia muy fascinante. Me ha brindado mucho conocimiento, es muy especial con sus detalles, sus toques, es única en sus decoraciones. En tanto, Matilde Miranda, resaltó que es una experiencia que me llevo para toda la vida, porque es algo muy diferente que no se ve en cualquier lugar.
Por su parte, la directora encargada del Centro, Elisa Portocarrero, agradeció el gesto de la chef de compartir un día tan especial con las privadas de libertad, porque sí se puede y sí se cree.
En este compartir con la chef Cuquita, hubo enseñanza, alegría, lágrimas, lujo culinario, elegancia y sabor.
