Fuente: Katherine Palacio/ Foto: Pastor Barsallo
Panamá 18 de diciembre de 2014. 321 privados de libertad de los centros penitenciarios La Joya y La Joyita se graduaron de noveno y duodécimo grado, este jueves 18 de diciembre como parte de los programas de resocialización que lleva a cabo el Ministerio de Gobierno a través del Sistema Penitenciario. En esta ceremonia participó la viceministra de Gobierno, María Luisa Romero quien dijo que esta graduación es el tipo de logros que se ha propuesto está administración, porque la culminación de estudios es la primera herramienta hacia una real inserción en la sociedad.
“Están mostrando al país la otra cara del Sistema Penitenciario, es una cara que está siempre presente pero totalmente invisible a veces. Internos que estudian que participan en talleres, que trabajan fuera de los centros y vuelven a dormir, todo con el objetivo de tener una vida con más oportunidades de las que tenían cuando entraron” sostuvo Romero.
El director del Sistema Penitenciario, Gabriel Pinzón manifestó que están trabajando en la creación de una comité post penitenciario que se encargue de ayudar a los internos una vez salgan a conseguir un empleo.
Luis Carlos Silva, director del Centro Educativo Oficial de Formación Fe y Esperanza, dijo sentirse orgulloso y felicitó a los graduandos por tomar la decisión de estudiar y querer superarse el tiempo que han estado pagando sus condenas
Cristian Agrazal, quien obtuvo el mayor índice académico habló en nombre de todos los graduandos, dio las gracias a todas las personas del Centro Educativo Oficial de Formación Fe y Esperanza y a las autoridades que siempre velaron porque su seño se hiciera realidad y pudieran compartirlo con sus familiares.
La graduación contó con un acto cultural a cargo del conjunto folclórico de “Aires de mi tierra”, integrado por privadas de libertad del Centro Femenino de Rehabilitación, Doña Cecilia Orillac de Chiari e internos de La Joyita.
Para el Mingob, los esfuerzos que hacen los privados de libertad por resocializarse sirven como inspiración a la administración para seguir adelante como la implementación de la reforma penitenciaria, la cual se basa en tres pilares: seguridad, respeto a los derechos humanos y resocialización.
Esta reforma guarda como esencia que el principio de la privación de la libertad no deben ser vista únicamente como un castigo contra las personas que violan la ley, sino que implica una responsabilidad por parte de las autoridades de ofrecerle a los privados de libertad las capacidades y habilidades para que una vez que cumplan sus penas puedan salir y reinsertarse a la sociedad y contribuir al desarrollo.
Este año más de 600 privados de libertad a nivel nacional obtendrán sus diplomas de noveno y duodécimo grado.